Probablemente has escuchado la frase, “Sigue tu corazón”. Esta frase, dicha en forma figurada, básicamente nos insta a no ponerle mucha cabeza a la situación o dificultad en la que uno se encuentra, sino más bien tomar la decisión basada en nuestros instintos.
Esta frase tiene muchas derivadas, la mayoría las hemos escuchado en la televisión. Los medios de comunicación nos dicen que hay que simplemente seguir nuestros instintos; que no hay que esperar para tomar decisiones; que solamente hay que hacerlo; en otras palabras… ¡sigue tu corazón!
No es de sorprender que
los medios quieren que tomemos decisiones basadas en impulsos. Si lo pensáramos
bien probablemente no compraríamos tantos refrescos, tantas barras de chocolate
o tantos ténis caros.
Lo peor es que la
mencionada frase es a veces dada como el consejo a la pregunta: “¿Con quién
debo casarme?” Entonces, ¿es esa la respuesta? ¿Hay que seguir el corazón?
Bueno, en una palabra
la respuesta es: ¡No!
¿Por qué? Veamos qué
dice Dios acerca de nuestro corazón. “Engañoso es el corazón más que todas las
cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9). Este pasaje nos da
tres características de nuestro corazón:
- Es engañoso. ¿Qué tanto? Más que todas las cosas. La razón por la que el corazón es más engañoso que cualquier cosa es que todo engaño procede del corazón (eso es lo que Cristo argumenta en Mat 15:18-19; ver también Lu 6:45; Jms 4:1).
- Es perverso.
- Es imposible de descifrar. El único que lo puede hacer es Dios (Jer 17:10; también 1 Chron 28:9; Rom 8:27).
La forma de tomar
decisiones no es siguiendo el corazón, sino más bien siguiendo la Palabra de
Dios (Ps 119:105), deleitándonos en Él (Ps 37:4), y tomando decisiones sabias
(muchos pasajes aplican aquí, sobre todo en el libro de los Salmos, Proverbios,
y Santiago).
Pero entonces… ¿qué
hacemos con el corazón? La Biblia dice, “Sobre toda cosa guardada, guarda tu
corazón, porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23). No sigas tu corazón, más
bien guárdalo; es decir, protéjelo, nútrelo, aliméntalo (espiritualmente, por
supuesto).
Deja las decisiones a la luz de la
Palabra, y no al engaño de tu corazón.
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Este es el primer post de la serie, "Frases Míticas que los Cristianos Dicen". La siguiente frase mítica a examinar será: "¡Así soy yo!".
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Este es el primer post de la serie, "Frases Míticas que los Cristianos Dicen". La siguiente frase mítica a examinar será: "¡Así soy yo!".
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