Un
candidato brutalmente asesinado. Un alcalde muerto. Setenta y dos
indocumentados acribillados por grupos delictivos. México está viviendo una ola
de delincuencia y brutal violencia sin precedentes.
¿Qué
es lo que se necesita para que todo esto cambie?
¿Mejor
educación? Sí, México necesita mejor educación.
¿Mejores
penas a los criminales? Sí, México lo necesita.
¿Mejores
gobernantes? Sin duda.
La
lista podría continuar. México necesita de todo esto para mejorar. Pero éstas
cosas no son lo que México necesita desesperadamente.
Lo
que México necesita desesperadamente es que la Iglesia despierte y con
verdadero amor y convicción comparta el Evangelio a toda persona y haga discípulos de aquellos que creen.
Lo que México necesita desesperadamente es
el poder transformador del Evangelio de Jesucristo.
A mi
departamento llega mucho correo basura, el cual inevitablemente termina en el
cesto de reciclaje. Esta semana me llegó uno que tenía pegado una llave de un
auto, y me llamó la atención el pensar cuánto habría gastado la compañía en
mandar fabricar posiblemente miles de llaves genéricas para llamar la atención
de la gente, cosa que habían logrado conmigo.
Entonces
vi que en ese mismo panfleto había una sección de “Rasca y gana”, con un premio
de 25,000 dólares, y como tenía la llave en mano lo hice y los números que
aparecieron eran los mismos que los números ganadores.
No,
no me emocioné, en serio. Después de todo, este panfleto era de una compañía de
autos usados, y no es por querer ser un “estereotipador” (¿palabra inventada?)
pero cuando pienso en un negocio confiable, un lote de autos usados no es lo
primero que se me viene a la mente.
Leí
la letra pequeña y vi que había que hacer algo más, pero estaba redactado de
una forma suficientemente vaga como para que me entrara la curiosidad.
Le
conté a un amigo lo sucedido y me preguntó, “Digamos que sí te ganas el dinero.
¿Qué harías con 25,000 dólares?” Buena pregunta. Pensé en dar el 10% a
misiones, el 10% para gastos personales, y el resto para pagar el seminario
(aunque eso de pagar el seminario con dinero ganado al azar… hmmm…). O tal vez
gastarlo todo en comprar una mega biblioteca del tamaño de la de el monstruo de
la Bella y la Bestia, ¿quién no sueña con tener una biblioteca así? (Iva a
escribir: “una biblioteca del tamaño de la de la bestia”, pero eso suena mal
por muchas razones. Pista: Apocalipsis).
Bueno
para no hacerla larga, en lugar de ganar 25,000 dólares, los cuales me
pertenecían, gané tres monedas doradas las cuales valen la exhorbitante
cantidad de $1 cada una.
¿Moralejas?
1) Los estereotipos nos son buenos, pero por algo son estereotipos. 2) Si no te
lo estás ganando con el sudor de tu frente, probablemente no deberías de querer
tener ese dinero.
¿Salió
algo de bueno de esto? Sí. Ahora tengo tres monedas doradas para mi próximo
truco de magia.
Por lo menos para mí (y creo que para muchos otros
también), el pecado que ocurre en
la mente es el más fácil de cometer. Allí, en la parte más recóndita de nuestro
cerebro, nos sentimos a gusto y a salvo, lejos del ojo acusador de cualquiera,
y en nuestra ignorancia creemos que tal vez, quizá, Dios tampoco pueda vernos.
Ayer por la tarde algunos pensamientos querían
invadir mi mente, y doy gracias a Dios que se encontraron con un muro: un
versículo.
Este versículo vino de la nada—por decirlo así—,
ya que no le he leído últimamente. Son las ventajas de la memorización.
Fue Lucas 9:23, “Y [Jesús] decía a todos: Si
alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y
sígame”.
Las palabras de Cristo pueden ser algo
escandalosas. Si uno se pone a pensar qué es lo que Jesús está pidiendo de
aquellos que quieren seguirlo, parece demasiado exigente. ¿Negarse a uno mismo?
¿Tomar la cruz—cada día?
Negarse a
sí mismo.
El mensaje del mundo secular es el de
auto-satisfacción. Conocemos algunos de los slogans
famosos, los cuales nos dicen que cuando se trata de nuestra vida, debemos
de “sólo hacerlo” o “seguir nuestros instintos”.
Y sin embargo Cristo dice algo completamente
opuesto. “Si quieres ser mi seguidor” dice Cristo, “niégate a ti mismo”.
¿Puedes imaginar si un producto tuviera esta frase como su slogan? ¿Que dijeran algo como: “Sólo niégate”? ¡No se vendería el
producto!
Pero eso es exactamente lo que Cristo pide de
aquellos que quieren ser Cristianos. Es interesante que en ese versículo Cristo
usa dos palabras que significan lo opuesto en Griego: “niéguese” vs. “sígame”.
Negarnos a nosotros mismos incluye muchas cosas,
pero creo que una de las principales es negarnos el supuesto derecho a
controlar nuestra vida. Es cederle el timón al Señor. Es darle el control de
nuestras acciones, palabras y pensamientos. Es pensar, “Aunque este pensamiento
inmoral me traerá placer inmediato, voy a negarme este placer porque no me
sirvo a mí mismo, sirvo a otro”.
A aquellos que piensan que esto es pedir
demasiado, la respuesta es simple: no puedes ser un discípulo de Cristo.
Tomar la
Cruz.
En aquel tiempo la cruz era un símbolo de
vergüenza y sufrimiento. Se dice que aquel que era sentenciado a muerte por
crucifixión debía de cargar con por lo menos uno de los postes de madera hasta
el lugar de su ejecución. Era como tortura que culminaba con una muerte lenta,
dolorosa y cruel.
Cristo nos llama a estar dispuestos a vivir una
vida de sufrimiento—la cual puede inclusive culminar en la muerte terrenal. Y
aún más, nos llama a renovar esa disposición cada que damos el primer parpadeo
del día: “tome su cruz cada día”.
Pero eso no es lo que el mundo nos dice. Cada
nuevo gadget tiene como propósito
hacernos la vida un poco más fácil. El sueño de toda persona es tener un buen
trabajo, una casa grande y un carro nuevo.
Si pudiéramos personificar al mundo, diría: “Si
alguno quiere ser mi discípulo, satisfágase a sí mismo, simplifique su vida
cada día, y sígame”.
El Costo
de ser Cristiano.
No creo que como Cristianos debamos de deshacernos
de nuestras computadoras, comprar un auto último mugrero y mudarnos a una casa
sin luz y agua. Sin embargo, creo que sin duda se nos pide negarnos los
placeres mundanos, pecaminosos y terrenales, y estar dispuestos a vivir una
vida de sufrimiento si Dios lo quiere.
Si alguien no está dispuesto, la respuesta es
simple: dejarse de llamar Cristiano.
Así que aunque las tentaciones son duras y el
placer inmediato del pecado nos seduce, debemos de negarnos a nosotros mismos.
Nuestro dueño es Cristo. Él nos salvó, y los placeres de la vida santa son aún
mayores que cualquier deleite pasajero. Las promesas y recompensas que Cristo
da a aquellos que hacen lo que Él manda son infinitamente superiores a
cualquier cosa que Satanás y el pecado puedan ofrecer. Pero la pregunta es, a
la hora de la hora, ¿estamos dispuestos?
Tal vez tú te llamas Cristiano. Si piensas que lo
que Cristo pide de ti es algo que no estás dispuesto a dar, te recomiendo
pensarlo dos veces antes de presentarte como un seguidor de Cristo.
En un mundo lleno de información, es importante que el Cristiano sepa lo que cree, por qué lo cree, y por qué es importante creerlo. En estas conferencias se expondrán algunas de las bases de la Fe Cristiana desde un punto de vista Bíblico, para así equipar a los asistentes con no solamente conocimiento, sino también pasión por Dios.
Conferencista: Emanuel Elizondo
Temas:
La Trinidad: ¿Cómo puede ser un Dios en tres Personas?
Dios: ¿Existe Dios?
Cristo: ¿Cómo puede ser Dios y hombre al mismo tiempo?
La Biblia: Su inerrancia, inspiración y autoridad.
Fechas: Miércoles 11, Jueves 12, Viernes 13 de Agosto, 2010.
Hora: 7:30 p.m.
Lugar:
Iglesia Vida Nueva, Emaús Sur.
Costo: ¡Gratis!
Qué traer: Una Biblia, libreta y pluma.
Invitados:
Invitación abierta. Primordialmente cristianos, pero incrédulos pueden asistir.
“Acordaos de los presos, como si estuvierais
presos juntamente con ellos; y de los maltratados, como que también vosotros
mismos estáis en el cuerpo” (Hebreos 13:3).
Creo
que la gran mayoría, si no es que todos los lectores de este blog viven en algún
país en donde ser cristiano no es un crimen. No es así en todo el mundo. Desde
hace tiempo he tratado de orar frecuentemente por la iglesia perseguida, y para
ello tengo como recordatorio un mapa justo encima de mi estudio en donde
aparecen en rojo aquellos países en donde ser cristiano trae encarcelamiento,
tortura, o muerte.
Para
ver un mapa donde aparecen países restringidos, haz clic aquí.
En la página
en inglés de La Voz de los Mártires (www.persecution.com),
uno puede ayudar a financiar el contrabando de Biblias en donde es prohibido
imprimir o tener una, también mandar cartas a hermanos y hermanas en prisión,
mandar “paquetes de acción” con literatura y ayuda humanitaria como ropa y
comida, y mantenerse al tanto de la situación de la iglesia perseguida.
Yo
estoy suscrito gratuitamente a la revista de la Voz de los Mártires en inglés,
y en español se pueden leer algunos de los boletines aquí.
Debemos
pensar que hay gente muriendo y siendo torturada por creer lo mismo que tú y yo
creemos—que Cristo es el Salvador del mundo, y que la salvación es solamente a
través de Él (como Cristo mismo lo dijo en Juan
14:6). No olvidemos a nuestros hermanos en cadenas, sino apoyémolos
como podamos, ya sea en oración o monetariamente, sabiendo que nuestro
sentimiento debe ser “como si estuvierais presos juntamente con ellos”.
¿Cuándo
fue la última vez que oraste por la iglesia perseguida en China, Belarús,
India, Paquistán, Comoros, Sudán, Afganistán, y todas las demás naciones
restringidas? Puedes hacerlo al terminar de leer esta línea.