Sergio Sarmiento, editorialista del Grupo Reforma, escribió un interesante editorial acerca de su relación con el empresario[1]. El artículo comienza con la siguiente cita de Voltaire: "Si Dios no existiera habría que inventarlo"; luego el editorialista relata su amistad con Saba, y cómo sus últimas conversaciones "empezaron a orientarse más hacia la filosofía, la religión y la moral." Moisés Saba era un judío ortodoxo, mientras que Sarmiento es un agnóstico.
El artículo muestra cómo estos dos hombres con diferente pensamiento tenían una amistad preciada, la cual, como escribe Sarmiento, "no [es] la que surge de las coincidencias obligadas o inculcadas, sino la que se cultiva con respeto entre mentes discrepantes".
Moisés Saba falleció trágicamente. Sarmiento termina: "Las conversaciones entre Moisés y yo eran diálogos entre un hombre profundamente religioso y un agnóstico. Hoy sólo espero haber sido yo el equivocado. Hay dolores que sólo la convicción de un orden superior pueden ayudar a superar".
La muerte siempre será dolorosa, no importa la creencia que se tenga. Es difícil tanto para religiosos y como ateos. Sin embargo, la diferencia está en la esperanza que uno tiene y el otro no.
El cristianismo bíblico dice que cuando una persona muere en Cristo, está viva. Para aquellos que son ateos o agnósticos, la persona deja de existir, o simplemente no se puede saber qué sucede después de la muerte.
Si Dios es Soberano, y Dios está en control, aún las tragedias como la muerte de algún familiar puede traer esperanza.
"Hoy sólo espero haber sido yo el equivocado", escribió Sarmiento. Yo creo que lo está.
Cristo dijo, "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá" (Juan 11:25).
[1] Sergio Sarmiento, "Moisés Saba", El Norte, 12 de enero de 2010, Martes; http://www.elnorte.com/editoriales/nacional/537/1072530/default.shtm (accesado 12 de enero de 2010).
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